Seguro que si ella hubiera tenido que ponerle nombre a esta receta no habría sido este, pero como se ha difundido entre los amigos como "la ensalada de Elena" he decidido que merecía ser bautizada de este modo. Es sencilla pero original, los ingredientes de siempre pero en una combinación que al menos a mí no se me hubiera ocurrido. El resultado: ¡una ensalada fresca y deliciosa! Perfecta para estos días en los que el calor empieza a apretar.
- Se mezclan en una ensaladera varios tipos de lechugas al gusto (un sobre de los que venden de surtido de lechugas diferentes sirve perfecto).
- Se desgrana una granada. Para facilitar la tarea antes de abrirla se golpea con el revés de una cuchara por toda la superficie para que se desprendan los granos. Cuanto más se entretiene uno en hacerlo, más fácil es luego. Se añade a la ensaladera.
- Se corta en taquitos una bola de mozarella fresca (queso fresco de burgos puede ser una buena alternativa si no tenéis) y se incorpora a la ensaladera.
- Se parten en trozos un aguacate y, opcionalmente, manzana y unos tomates. Se añaden al resto de los ingredientes.
- Se incorporan frutos secos al gusto, en concreto pasas y nueces troceadas le van muy bien.
- Se prepara una vinagreta con una cucharada de postre de mostaza (de la buena de bote francesa) y otra de miel, aceite de oliva virgen y vinagre balsámico de Módena. Se aliña con ella la ensalada y se mueve bien.
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