Para esta receta se necesita un ingrediente que no es fácil encontrar en España: almidón de mandioca. Se compra en establecimientos de productos latinos y en su versión brasileña tiene el nombre de polvilho azedo o polvilho doce según su acidez. Ambos se pueden usar para esta receta utilizando la misma cantidad de uno u otro.
Lo acompañamos de un batido de graviola, una fruta exótica que por aquí con suerte se puede encontrar congelada, y que se parece de alguna manera a la chirimoya. También es muy típico el batido de aguacate, simplemente con un poco de leche y azúcar al gusto.
¡Muchas gracias chicos! Una cena deliciosa...
Haz click aquí para ver la lista completa de ingredientes.
- Se ponen en un bol 250 g de polvilho azedo o polvilho doce (a gusto del chef o según lo que encontréis). Se le añade 1 brick pequeño (125 ml) de nata líquida seguido de 200 g de mozarella rallada y 100 g de parmesano rallado.
- Una vez están todos los ingredientes se mezcla con las manos hasta obtener una masa homogénea, blanda, pero no pegajosa. Si estuviera demasiado seca se puede añadir un chorrito de leche.
- Se precalienta el horno a 180ºC durante unos diez minutos.
- Mientras se hacen bolas con la masa del tamaño de una albóndiga estándar (no valen como referencia las del tío Eugenio) y se van colocando sobre la bandeja del horno cubierta con papel de horno dejando un pequeño espacio entre las bolas para que no se peguen al crecer durante el horneado.
- Se hornean hasta que estén bien dorados.
- Se sacan del horno, se colocan en una fuente y se sirven inmediatamente.
No hay comentarios
Publicar un comentario