María, la tía de Emilio, es la que dirige la gran hazaña de preparar en casa cada año más de mil dulces para hornear en la panadería del pueblo en apenas un día. Todos los que pasan por allí durante ese día ayudan en una cosa u otra. Siempre hay limones que mondar, harina que pesar, manteca que derretir, "ajolí" que moler, masa que amasar y moldear, bandejas que llevar o traer de la panadería, o dulces que glasear. En fin, que no falta el trabajo para quien quiera echar una mano.
No hay como darle un pequeño mordisco a uno de estos riquísimos dulces para sentir que la Navidad ya ha llegado un año más... ¡Espero que las disfrutéis!
Notas prácticas a la hora de elaborar estos dulces:
- Para tostar la harina en el horno, se extiende sobre una bandeja y se hornea a temperatura media (unos 150º) durante unos 30 minutos.
- El ajonjolí es lo mismo que se conoce como sésamo. Siempre que vaya incorporado en la masa (y no de adorno como en el caso de los mantecados) hay que tostarlo previamente en una sartén y molerlo bien en una trituradora.
- Para conseguir la ralladura de limón lo más fácil es pelarlo (intentando evitar la parte blanca que es más amarga) y luego triturar la piel hasta que quede fina.
- El horneado depende mucho de cada horno. Lo mejor es, por supuesto, contar con el panadero del pueblo para que lo hornee en su horno, como hace María, pero también se puede hacer en un horno doméstico. Por tanto los tiempos y temperaturas son orientativos.
También dentro del recetario navideño tenéis el típico Roscón de Reyes. Esta es una receta larga, no diría yo que laboriosa, que sale perfecta si se sigue al pie de la letra. La tradición dicta que en él se esconderán un haba y una pequeña figurita. La primera obliga al que le toque a proveer el siguiente Roscón, la segunda da buena suerte al que la encuentra...