Esta receta tiene la parte tediosa de pelar las castañas, salvo por eso es muy fácil de hacer. Las castañas incluso se pueden cocer y pelar con antelación guardándolas en el congelador hasta que sea el momento de hacer la salsa. De esta manera no se nos acumulará todo el trabajo el día de Nochebuena.
- Se hace un corte en forma de cruz en la piel dura de las castañas. Se ponen a cocer en abundante agua. Aquí tenéis unos consejos de cómo hacerlo para que sea fácil pelarlas después de cocidas.
- Se sofríe en bastante mantequilla un poco de cebolla (para 1 kg. de castañas 1/2 cebolla) y se añaden las castañas junto con un chorro generoso de vino dulce.
- Se deja a fuego medio-bajo hasta que reduzca casi todo el vino. Se añade un poco de leche (opcionalmente se puede añadir también un poco de nata líquida para que quede más cremosa) y se remueve unos minutos. Se añade sal y pimienta al gusto.
- Se retira del fuego y se pasa todo por el pasa purés.
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