Nuestra historia

Lucía, mi querida sobrina-nieta ha recopilado las recetas de cocina familiares en un curioso librito donde se detallan nuestros platos favoritos y también los habituales y diarios que las buenas amas de casa, “Resusta-Valdivia-Insausti” se esmeraron en ofrecer a sus comilones familiares.

Hemos de añadir a la lista de buenos cocineros (con matrícula de honor) las recetas de mi marido, el tío Pepe para todos, que en su madurez y como una muestra más del cariño que me profesaba — sabía que a mi no me gustaba ni pizca la cocina, aunque algún pinito acertado logré de vez en cuando — al jubilarse, se dedicó a cocinar con su mucha paciencia, meticulosidad y tesón, platos exquisitos.

A todo este compendio de “cocinamientos” hay que añadir los especiales de Tere, Marta y Jesús, los “Pioveros”, Julia y Eugenio, la abuela Teresa, Cote y algún otro que quizás olvidé.

Así obtiene Lucía una enciclopedia culinaria, no sólo rica en variedad y exquisitez, sino entrañable por lo familiar, por el recuerdo y respeto debidos a todos los que dedicaron sus horas al pie del fogón, en procurar satisfacer el apetito, verdaderamente voraz, de los miembros de nuestras familias.

Como comenta Marañón en el prólogo que dedica a un libro de la Cocinera Nicolasa, escrito en los años 1930, en España siempre se ha comido bien, la diversidad de zonas y climas de la Península y las Islas hacen que sus guisos sean variados y ricos en su composición. Se dice que Andalucía fríe, el Centro asa y el Norte guisa. Aunque la cocina española no fue apreciada en el Extranjero hasta mediados del siglo XX y fueron los vascos con su exquisitez, quienes verdaderamente la promocionaron.

En nuestros antepasados existen diversas etnias, desde, cubanos, asturianos, vascos, madrileños, tangerinos, baturros… que aportaron sus recetas; esto unido al “cosmopolitanismo” y espíritu viajero de los jóvenes, forma variopinto conjunto de menús para chuparse los dedos.

¡Qué aproveche! Antes se decía así; ahora creo que resulta poco fino y algo “paleto”. De todos modos dígase como se quiera, auguro un éxito para el librito.

¡Gracias Lucía por tu ocurrencia y trabajo! Y gracias también a tus colaboradores.


Tía Chonín

(Diciembre de 2007)

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