Scones de arándanos rojos y almendras (Por Martita)

Hoy tenemos una nueva contribución de una de las reposteras de la familia. Me ha entrado morriña de tenerla ahora en la otra punta del mundo (que aunque exista Skype sigue siendo mucha distancia) y he decidido rescatar esta receta que tenía en preparación desde hacía tiempo para compartirla por fin con todos vosotros. Marta, espero que estés tomando buena nota de los platos típicos californianos porque espero alguna contribución tuya para alimentar (nunca mejor dicho) el recetario internacional. Mientras tanto, ¡muchas gracias por una receta tan apetitosa y una foto tan chula! :)

Esta es la receta que utilizó y, según sus propias palabras, "sale buenisísima". Preparó para la receta una buttermilk (una especie de suero de la leche) casera siguiendo estos sencillos pasos. Con estas cantidades salen unos 10 scones.


  1. Se precalienta el horno a 220ºC.
  2. Se tamizan 225g de harina bizcochona (de la que viene con levadura o, en su defecto, harina con levadura en polvo) y una pizca de sal en un bol grande.
  3. Se añaden 75g de mantequilla a temperatura ambiente y se amasa bien hasta que la mezcla adquiera una textura granulada como si fueran migas de pan.
  4. Se añaden 40g de azúcar glasé, 40g de arándanos rojos deshidratados troceados y 40g almendras tostadas troceadas y se mezcla bien. 
  5. Ya que en España es difícil encontrar buttermilk a la venta, usaremos un sustitutivo casero. Para ello se vierte una cucharada (unos 15 ml) de vinagre blanco o zumo de limón en una jarra de medidas y se añade leche hasta llegar a la marca de 240 ml. Se deja reposar durante 5 minutos y ya está listo para usar. 
  6. En otro recipiente se bate 1 huevo grande a temperatura ambiente junto con 30-45 g de buttermilk y después se vierte en el bol con el resto de los ingredientes.
  7. Se mezcla la masa con una cuchara o espátula hasta que tenga una consistencia que permita terminar de amasar con las manos. Debe quedar suave pero no pegajosa. Si queda muy seca se puede agregar más buttermilk a cucharaditas hasta que se obtenga la textura adecuada.
  8. Se hace una bola con la masa y se coloca sobre una superficie en la que se habrá espolvoreado un poco de harina para evitar que se pegue. Con un rodillo se extiende hasta formar un círculo de unos 2.5 cm de espesor.
  9. Se cortan los scones haciendo pequeños círculos (de unos 5 cm de diámetro) en la masa. Esta tarea se hace mucho más fácil con un corta pastas de esas dimensiones.
  10. Una vez se haya aprovechado toda la masa (será necesario repetir los pasos 8 y 9 con los restos que vayan quedando de masa), se colocan los scones en una bandeja de horno sobre papel de hornear, se pintan cuidadosamente con buttermilk y se espolvorea un poco de harina por encima.
  11. Se hornean durante 10-12 minutos o hasta que hayan crecido bien y se hayan dorado.
  12. Se dejan enfirar, preferiblemente sobre una rejilla.
Aunque están ricos "tal cual", la tradición marca que se sirvan abiertos y rellenos con alguna mermelada de fruta y con clotted cream, que es una especie de nata cuajada de aspecto mantequilloso que usan los ingleses (en esta web está explicado con mucho detalle por si tenéis curiosidad).

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