El
tajín de pollo es un plato para días de fiesta. La comida en un día de celebración en el hogar de un marroquí de clase media consiste en tres grandes platos. Para saber el número de platos que nos espera basta con
contar la cantidad de tapetes de plástico transparente que nuestro anfitrión ha puesto en la mesa para proteger el bonito mantel bordado que decora la mesa principal. Los invitados más previsores pueden contarlos discretamente nada más llegar a la casa para así poder regular su apetito. Este plato se puede servir entre una
pastela y un cordero con ciruelas.
- En una olla de base gruesa se sofríe un pollo cortado en 6 trozos a fuego vivo durante 7 minutos en 4 cucharadas de aceite de oliva con 1 pizca de azafrán, 1 rama de canela o media cucharadita de canela en polvo, 1 pizca de jengibre, 1/2 cucharadita de sal y 1 pizca de pimienta.
- Se añade 1 tomate cortado en finas rodajas y un manojo de perejil y otro de cilantro picados. Se cubre todo con agua y se espera a que hierva. Se baja el fuego y se deja cocer lentamente durante unos 20 minutos.
- En una cacerola pequeña se vierte un cucharón de la salsa de cocción del pollo. Se rompen 200 g de aceitunas (preferiblemente moradas), esto es: se aplastan las aceitunas enteras dando un golpe seco a cada una (el hueso debe quedar en medio de la aceituna partida). Se añaden junto con 1 limón encurtido cortado en daditos. Se deja reducir durante 5 minutos.
- En el momento de servir, se coloca el pollo sobre un plato de tajín, se disponen los limones y las aceitunas alrededor y se napa con la salsa.
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