- En primer lugar, se ponen dos huevos a hervir para que se vayan haciendo mientras se cocina el resto del relleno de las empanadillas. Cuando se hayan cocido, se machacan con un tenedor y se reservan.
- Se abre una lata de bonito del norte (en este caso usamos la lata que nos proporcionaron desde Conservas Serrats) y escurrimos el aceite de oliva. Se desmenuza el bonito un poco para que no queden trozos muy grandes.
- Después, se abre una lata de pimientos (morrones o del piquillo) y se trocean. A continuación, se pica una cebolla y se pocha en una sartén con un poco de aceite de oliva. Cuando la cebolla empiece a dorarse se añade a la sartén tanto el bonito como los pimientos.
- Se rehoga todo muy bien, se añaden 3 o 4 cucharadas de tomate frito y los huevos cocidos. Se le da un par de vueltas para que se mezcle todo bien y ya está listo el relleno.
- Para cerrar las empanadillas se colocan las obleas (nosotros usamos las que venden de La Cocinera) sobre una superficie dura.
- Primero, se humedece el borde de la oblea con un poco de agua (usando el dedo o un pincel). Esto sirve para facilitar el cierre, ya que así la masa se pegará mejor.
- A continuación se coge una cuchara y se coloca un poco de relleno en el centro de la oblea. Hay que procurar no pasarse, ya que si no luego es muy difícil cerrar las empanadillas sin que se rompan.
- Finalmente se pliega la oblea hasta juntar los bordes formando un semicírculo y se sella el borde apretando ligeramente con un tenedor.
(Haz click en la imagen si no se ve la animación)
- Por último, sólo queda freír las empanadillas en aceite a fuego vivo hasta que se doren.
¡Qué aproveche!
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